El viaje a Sigüenza estaba programado para 2020, y tuvimos que cancelarlo por causa de la pandemia. 

 Actualmente era uno de los que teníamos pendientes, y además muy demandado por nuestros asociados. Por lo que la Asociación no dudó un instante para volver a organizarlo. La inscripción fue muy exitosa, apuntándose 78 asociados, entre Zaragoza y Guadalajara.

 Salimos de Zaragoza a las 8 de la mañana, del miércoles día 4 de mayo, haciendo una parada técnica en el área de Abades Lodares, para tomar un cafetito, poder charlar, saludarnos….

  Llegamos sobre las 11 horas al Castillo de Sigüenza, donde nos esperaban dos guías, magníficas, y los compañeros de Guadalajara. 

  Organizados en dos grupos empezamos las visitas, desde el Castillo. Su reconquista fue en el año 1124. Residencia de los Obispos de Sigüenza desde el siglo XIV hasta mitad del XIX. Albergó a la reina Doña Blanca de Borbón, esposa del rey Pedro I de Castilla. Actualmente es Parador Nacional de Turismo, desde 1.976.

  Seguimos la visita por la Sigüenza medieval, que en su recorrido encontraremos varias puertas de sus murallas románica y gótica. Encontramos la Plazuela de la Cárcel, donde se instaló el mercado semanal que hasta entonces se celebraba en extramuros de la Puerta de Hierro, lugar donde se cobraba el impuesto de entrada de mercancías. Después de pasar por la iglesia de San Vicente, construida en época de transición entre el románico y el gótico, en honor al patrón de la ciudad. Pasamos por la Casa del Doncel, residencia de Martín Vázquez de Arce, el personaje más emblemático de la ciudad.

 Ya en la calle Mayor, nos paramos delante de la iglesia de Santiago, construida a finales del siglo XII. Perteneció al convento de las Clarisas hasta la Guerra Civil en la que quedó en ruinas. Actualmente está en rehabilitación.

 Continuando por la calle Mayor, pasamos por la Puerta del Sol, erigida en el siglo XIII, permanecía abierta por las noches en épocas de peste.

 Al final de la calle Mayor se encuentra la plaza Mayor, abierta por deseo del Cardenal Mendoza, a finales del siglo XV, para lo que se tuvo que derrocar parte de la muralla urbana del siglo XIV, en la que se ordenó se celebrase el mercado semanal de la ciudad. Destacan en la plaza, el Ayuntamiento, antigua casa de los Deanes, con sus soportales, galerías y patio renacentistas, la antigua Tesorería y la Puerta del Toril, llamada así por los toriles ubicados junto a ella, extramuros, cuando en la plaza se celebraban eventos taurinos.

 La Catedral de Sigüenza, dedicada a Santa María la Mayor, junto con el Castillo convertido en Parador Nacional, son sin duda, los monumentos más importantes de la ciudad. La Catedral se empezó a construir en el siglo XII. Reinaba Doña Urraca, hija de Alfonso VI. La nave central se realizó en el siglo XV, en pleno gótico, se cubrieron las bóvedas del crucero, cuando el Cardenal Mendoza era obispo. La parte ornamental se dilató hasta el siglo XVIII. En su interior destaca la Capilla de San Juan y Santa Catalina. Merece especial mención la escultura funeraria, enterramiento de Martín Vázquez de Arce, apodado por el Romanticismo como el Doncel de Sigüenza. El claustro gótico es del siglo XVI, donde se encuentra la exposición de Tapices Flamencos y el cuadro de la Anunciación del Greco.

 Al finalizar esta maravillosa visita de la Catedral, entramos en el Museo Diocesano, ubicado en un palacete neoclásico del siglo XVI. En su interior contiene dos grandes arcos con decoración nazarí, una importante colección de arte procedente de las iglesias de la Diócesis. Destaca La Inmaculada Niña de Zurbarán entre otras. 

 Acabada la visita sobre las 2 de la tarde, en el restaurante El Mesón, degustamos un menú típico de la comarca, en el que no faltaba el cabrito al horno. El menú que nos prepararon exquisito.

  Después de almorzar, nos despedimos de los compañeros de Guadalajara, y el bus nos esperaba para irnos a pasar la tarde al pueblo de Medinaceli, lugar que estuvimos una hora y media aproximadamente, paseando por sus calles hasta llegar a la plaza Mayor y desde allí al Arco romano, construido en los siglos I y III, único en España de tres arcos. Después de hacer algunas fotos, nos subimos al autobús para llegar a Zaragoza sobre las 21 horas. 

 El compartir, disfrutar y reunirnos a través de un viaje de un día ha sido una experiencia muy gratificante para todos. Gracias y hasta siempre

 Cuidaos mucho

 La Asociación.

Dolores Sesé

Elena Gil

Pepe Arana

Pascual Soria